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martes, 3 de mayo de 2016

El paradigma Cartesiano.Yezid Soler B

El paradigma Cartesiano
“Para qué escribe uno, si no es para juntar sus pedazos? Desde que entramos en la escuela o la iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña a divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón. Sabios doctores de Ética y Moral han de ser los pescadores de la costa colombiana, que inventaron la palabra sentipensante para definir el lenguaje que dice la verdad”.  Eduardo Galeano.

Tabla de contenido

1 Contextos del proyecto Cartesiano
2 Textos del proyecto Cartesiano
3  Objeciones a los textos cartesianos
4  Conclusiones
5  Referencias

En este documento se presentan en forma resumida los contextos históricos y culturales en que emerge el proyecto Cartesiano, una descripción de los principales textos, algunas de las objeciones a los documentos de Descartes y las conclusiones importantes que se derivan del  análisis.

El objetivo de este ensayo es presentar el  proyecto cartesiano, las condiciones personales y culturales en que emerge, analizar los elementos constitutivos que le permitieron predominar durante más tres siglos de ciencia occidental y describir las principales críticas a este paradigma desde la perspectiva del pensamiento complejo

Para el efecto, se hace un recuento de la historia de vida de Descartes, su contexto y su obra  en razón a la  tesis planteada por el pedagogo latinoamericano Miguel De Zubiría, quien plantea que para leer meta textualmente a un autor se debe: “a) rastrear su biografía, b) las condiciones socioculturales en que produce ideativamente, c) las posturas ideológicas que lo apoyan d) abordar los componentes estilísticos del ensayo y e) someter a crítica sus ideas”. (Zubiría, 2002).  Desde la perspectiva del pensamiento complejo, [1] para superar la visión simplista debe analizarse conjuntamente el sujeto, en este caso Descartes y su obra,  con el objeto que incorpora las condiciones socioculturales y políticas.   

El rastreo de la bibliografía de René Descartes revela diversas posturas de los biógrafos en torno a su pensamiento. Sin embargo, en buena parte coinciden en las afirmaciones sobre planteamientos contradictorios, crípticos y confusos en algunos parajes de sus obras. Las condiciones socioculturales del siglo XVII en que se producen las obras se caracterizan por las transformaciones y guerras generadas por el surgimiento de nuevas clases en los Burgos y por la emergencia del renacimiento cultural, técnico y científico, con la ruptura de viejas estructuras socioeconómicas, ideológicas, paradigmáticas y políticas. En este contexto, las posturas ideológicas Cartesianas reflejan múltiples fuerzas contradictorias de su época que pugnan entre el viejo y nuevo orden.  En medio de esta complejidad, se destaca la depuración estilística de sus escritos que siendo sencillos contienen condensados muchos elementos de análisis, hasta el punto en que se convirtieron en fuente obligatoria de referencia bibliográfica.   Así, la crítica de las ideas de los textos del autor, necesariamente pasa por la comprensión de las fuentes que alimentaron el sistema mental del autor, sus actuaciones y  los contextos en que vivió en Europa. 

1 Contextos del proyecto Cartesiano

El proyecto de la obra de Renato Descartes, caracterizada por la exposición de conceptos de verdad, orden y racionalidad, contrasta con el proyecto de la vida azarosa que llevó y que daría para escribir una novela plena de aventuras con situaciones irracionales, libertinaje y  verdades no contadas. Varias salidas misteriosas de Francia y en particular la huida a los 32 años marcaron un episodio emergente de su vida, del cual surgen múltiples bifurcaciones y contactos en sus viajes y refugios que le darían una visión interdisciplinaria a su obra.

René Descartes nació en 1596 en el seno de una familia de funcionarios públicos, que mantenían contactos con representantes de la nobleza y de la Iglesia.  Esto le permitió al padre Joachim Descartes financiar la educación primaria y secundaria en el colegio jesuita Collège IV de La Flèche, donde estudió filosofía, matemática, física, biología astronomía, arquitectura, música, latín, griego y debate, lo que posibilitó a René conformar una estructura básica mental multidisciplinaria, con cierto grado de amplitud.

En 1616 el padre, con la idea de incorporar al hijo a la carrera pública, financió los estudios de licenciado en derecho  en la Universidad de Poitiers que culminaron en 1618. Sin embargo ante la ausencia de una vacante inmediata, Descartes viajó a Holanda donde puso en práctica los conocimientos adquiridos y realizó pequeños trabajos de física y de música, para Isaac Beeckman un joven científico, de quien aprendió y se interesó más profundamente por las matemáticas. Buena parte de la vida del autor trascurre en el periodo comprendido entre 1618 y 1648 durante el cual se desató la sangrienta guerra de los treinta años por las tierras, entre las principales potencias de Europa, en la cual se impuso la costumbre de contratar mercenarios.[2]

En 1619 Descartes, siendo francés, ingresó en condición de mercenario al ejército del Duque Maximiliano de Baviera y durante el invierno estuvo en territorio germánico enclaustrado en una habitación donde tuvo tres sueños que interpretó como mensajes de su vocación. (Baillet, 1693) En el primer sueño aparece caminando hacia una iglesia, pero el viento en contra le impide avanzar. En el segundo sueño escuchó un trueno y vio su cuarto lleno de fuego.  Y en el tercer sueño estaba en la habitación con un diccionario y una antología de poemas con una pregunta de qué camino seguir en la vida. Levantó la vista y vio a un hombre con una nota que decía “Si y No”.  Al despertar Descartes se puso a pensar sobre el significado de estos sueños, los dos primeros que lo atemorizaron y el último que lo tranquilizó y le mostró el camino de buscar la verdad y no seguir la carrera militar ni la carrera en derecho, aunque desatendiera los designios de su padre. Así es como, a partir de una situación irracional como fue este sueño decidió su proyecto de vida en busca de la racionalidad. (Rodis-Lewis, 1996).

Mientras tanto en Francia,  María de Médicis  en 1619 levantó un ejército contra su propio hijo el rey Luis XIII, provocando una guerra civil interna que duró hasta 1620 con la firma de la paz.  El Rey, para preservar el orden, fortaleció el culto a la iglesia católica y le puso fin a los privilegios políticos de los protestantes. En 1621 Descartes regresó a París donde recibió la herencia de los bienes maternos y entró al círculo de amigos libertinos con quienes adquirió la afición al juego y a las especulaciones científicas y filosóficas, ganando de paso fama de buen matemático.  Es posible que este círculo de amigos librepensadores le haya inducido a dudar de las enseñanzas escolásticas recibidas.  Por su parte, el Señor Joachim Descartes quería que su hijo siguiera la carrera de funcionario y le insistió en viajar a Roma con los dineros de la herencia materna con el fin de comprar un cargo público vacante para desempeñarlo en Francia. Descartes emprendió un nuevo viaje de aventuras a Italia y regresó en 1925 a París sin el dinero, sin el cargo y sin cumplir el objetivo, pues no le interesaba el ejercicio de su carrera de derecho. Sin embargo le escribió a su padre que estaba interesado en la compra de otro puesto de comisionado general que había ocupado un tío abuelo.  Para el efecto el padre vendió varias propiedades familiares, el hijo recibió el dinero y se marchó a París donde se entrevistó con personajes importantes de la iglesia católica, pero finalmente no obtuvo ningún cargo y adicionalmente entró en desavenencias con la jerarquía católica en particular con el Cardenal Bérulle consejero de María de Médicis  protectora del cardenal Richelieu. (García, 2009)

En 1628 las tropas reales, financiadas por Richelieu, asediaron a los hugonotes protestantes en la ciudad costera de la Rochelle por tierra y mar y los vencieron, quedando vivos solo uno de cada cinco habitantes. En 1629 se promulgó un edicto de gracia que prohibió las asambleas políticas de los protestantes, pero mantuvo la libertad de culto en todo el reino menos en París.

2 Textos del proyecto Cartesiano

René Descartes, después de enfrentar un duelo, abandonó intempestivamente París y Francia en 1628.    Su sueño se convirtió en pesadilla real y salió huyendo a Holanda, no se sabe si por los vientos en su contra de la iglesia o por los truenos del padre al haber gastado dos herencias familiares sin ningún resultado productivo diez años después del grado en derecho.  Lo cierto es que hasta ese momento la personalidad de René Descartes, con una conducta envuelta por pasiones de diversa índole, escondiéndose y cambiando de residencia frecuentemente, contrasta con la obra que escribió en 1628 titulada Reglas de dirección del espíritu  que sería la base de su escrito más famoso. En 1633 iba a divulgar su obra El mundo o  tratado de la luz, en donde postulaba la teoría heliocéntrica, pero al enterarse de la condena a Galileo (1633), y con el antecedente de la muerte de Bruno (1600) y Vanini (1619) por la Iglesia Católica decidió autocensurarse.   Descartes, en los años treinta publicó de manera anónima, en un solo tomo, el Discurso del método, la Geometría Analíticala Dióptrica y Los Meteoros (1637). En esta obra explicitó el  esquema mental con el cual analizó el mundo que lo rodeaba, expresando el motivo para hacerlo con las siguientes palabras: Publico después de tres años, porque el Tratado no es un pecado o crimen para ocultarlo Descartes expuso el Discurso del Método para  aumentar el conocimiento en seis temas: 1 Ciencias 2 Reglas del método 3 Reglas de moral 4 Dios 5 Física e Investigación de la naturaleza. (Descartes, 1637)

El autor comentó  que a pesar de estudiar en una de las más famosas escuelas de Europa se sentía ignorante con lo aprendido: “Tan pronto hube terminado el curso de los estudios, cuyo remate suele dar ingreso en el número de hombres doctos, cambié por completo de opinión.  Pues me embargaban tantas dudas y errores, que me parecía que, procurando instruirme, no había conseguido más provecho que el de descubrir cada vez mejor mi ignorancia” (Descartes, 1637). Por tal motivo propuso este escrito como un buen libro cuya lectura sea como una conversación con los mejores ingenios, para un pensamiento rápido,  imaginación clara y memoria amplia. También planteó un pensamiento multidisciplinario que abarcara la poesía, matemáticas, costumbres, teología, filosofía, jurisprudencia, medicina, lenguas y artes mecánicas.  Es bien haberlas recorrido todas. Sin embargo observa que las ciencias tienen cimientos endebles de la filosofía. Por tal motivo se estudió a sí mismo, lo cual, según su opinión salió mucho mejor que viajar.

En las reglas del método, el autor describe un mundo de imperfecciones, ciudades mal construidas, Estados con defectos, cuerpos políticos difíciles de levantar y objeciones al cuerpo de la ciencia y las enseñanzas de las escuelas.  Viendo que reformar eso es imposible, y que incluso los barbaros y salvajes hacen tanto o más uso de la razón, se propuso reformar pensamientos propios y edificar en su propio terreno.  Con estas dudas, lo que Descartes propuso en 1637 una ruptura de fondo con el paradigma dominante.

Inicialmente en las Reglas de dirección del espíritu contemplaba más que 20 reglas, que finalmente en el Métodoredujo a cuatro preceptos: 1 No tomar como verdadera,  cosa sin evidencia. 2 Dividir las dificultades, en cuantas partes fueren posibles. 3 Conducir los pensamientos de los más simples a los más compuestos. 4 Recuento y revisión integral para no omitir nada. Estos pocos preceptos los escogió del algebra y la geometría, postulando que no hay sino una verdad en cada cosa y así se tiene seguridad de emplear la razón.  (Descartes,  1637, 11)   

En la parte 3, sobre reglas de la moral, postuló tres máximas: 1 Seguir las leyes y costumbres sensatas del país. 2 Ser firme en las acciones 3 Vencerse a sí mismo antes que a la fortuna.  Con el poder de los propios pensamientos y con esta moral, se cultiva la razón y el conocimiento de la verdad. Bastando juzgar bien para obrar bien y adquirir las virtudes. Esto implicaba deshacerse de todas las creencias y opiniones tratando de descubrir la falsedad y la incertidumbre, no con endebles conjeturas, sino con razonamientos claros y seguros.  (Descartes, 1637, 13)

En la parte 4 sobre meditaciones metafísicas, el autor sostiene que todas las cosas que entraron en su espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de los sueños. “Si tenemos ideas falsas, es porque hay algo confuso y oscuro. No somos perfectos. Los sueños y los sentidos nos pueden engañar.  Solo persuadirnos por la evidencia de la razón, no de la imaginación o los sentidos”. (Ibíd.). Considera  que en el mundo los cuerpos, inteligencias u otras naturalezas son imperfectos por depender del poder divino.  No pueden subsistir sin él un solo instante. Hay algo más perfecto que el Yo: el cielo, la tierra, la luz, el calor en  especial  Dios que es lo más perfecto que influye en lo imperfecto. La verdad y la perfección no provienen de la nada. “Así el Yo para poseer las perfecciones de lo infinito, eterno, inmutable, omnisciente, omnipotente, debe ver todas las cosas y determinar cuál es perfecta e imperfecta. Todo lo que está en nosotros proviene de Dios.  Y puede ser recibido a través del alma que no deja de ser, al no depender de cosa material”.  Ni la imaginación ni los sentidos pueden asegurar cosa alguna, como no intervenga del entendimiento guiado por el alma que es como el piloto de un navío. Las cosas que concebimos muy clara y distintamente son verdaderas.  Así, plantea su principio de filosofía  “Yo pienso, luego soy”. (Descartes, 1637, 17) 


En la parte 5 sobre física, al autor considera que Dios es verdad y las demostraciones de los geómetras también.  Analizó las leyes de Dios y descubrió varias verdades más útiles e importantes, que los pintores que solo presentan una sola faceta donde da la luz.  Explicó el mundo a partir de la concepción de la luz, el sol y las estrellas, los cielos, los cuerpos que hay sobre la tierra y el hombre, el cuerpo y su funcionamiento. El alma del hombre es diferente del cuerpo e inmortal y es la principal diferencia con animales. Descartes plantea que “hay en el cerebro una pequeña glándula en la que el alma ejerce sus funciones más particularmente que en las demás partes.  Todos los órganos de los sentidos son dobles se deduce que la última y más próxima causa de las pasiones del alma no es otra que la agitación con que los espíritus mueven la pequeña glándula que hay en medio del cerebro”. (Descartes, 1649).  En opinión del autor los pensamientos son de dos géneros, unos son las acciones del alma, otros son sus pasiones.  Sostiene que hay  más de una treintena de pasiones pero “Hay sólo seis pasiones primarias… a saber: la admiración, el amor, el odio, el deseo, la alegría y la tristeza; y que todas las demás son compuestas de algunas de estas seis, o son especies de las mismas” (Ibíd.) 

En la parte 6 sobre las costumbres y la naturaleza, el autor sostiene que conociendo la fuerza y las acciones del fuego, agua, aire, astros, cielos, el hombre se hace dueño y poseedor de la naturaleza. Lo ideal sería llegar a obtener o productos de la naturaleza sin ningún trabajo.  El autor sostiene que lo poco aprendido es nada en comparación con lo que ignora. Al principio es difícil aprender, ganar riqueza, triunfar en guerras. “El orden que Descartes llevó consistió primero en hallar los principios o las causas de lo que sucede en el mundo, luego los efectos en la tierra, agua, fuego, en la amplia y vasta la potencia de la naturaleza y por último descender a las consecuencias más particulares” (Ibíd.). Así,  resolvió dificultades y  descubrió verdades.

Con la publicación del Discurso del Método emergió el paradigma racionalista, que se opuso al paradigma escolástico y se expandió en Europa continental durante los siglos XVII y XVIII, en contraposición con el empirismo. En su escrito Descartes solicita enviar comentarios a su librero y así el proyecto Cartesiano surge al calor de las críticas provenientes de diversas fuentes. En primer lugar de los representantes de la iglesia católica, por cuanto contravenía preceptos escolásticos, de la subordinación de la filosofía a la teología y de la razón a la fe católica. De igual forma Descartes debió autocensurarse y suprimir de sus escritos la teoría heliocéntrica.
De otra parte, el filósofo ingles Hobbes formuló objeciones en lo que puede ser puesto en duda al existir dificultad para distinguir los sueños, el estado de vigilia y la sensación de veracidad.  También cuestionó el principio  “pienso luego existo” por hacer referencia a dos realidades, de manera que la relación no es intuitiva sino deductiva desde la lógica, entendiendo que el primer concepto no puede darse sin el segundo. También objetó  “afirmar que algo tuviera más o menos realidad, conceptos como "igual", "redondo", "vivo" o "real" no admiten diferencias cuantitativas: No tiene sentido afirmar que la circunferencia C sea más o menos redonda”. (Rodis-Lewis, 1996)

Otros aspectos de la obra de Descartes fueron cuestionados en su época por diversos pensadores y científicos como Beeckman, Fermat, Beaugrand, Roberval, Petit, Hobbes, Gassendi y Voetius. Entre estos destaca la objeción de Antoine Arnauld (1612-1694), “quien cuestionó el intento de justificar la regla de la evidencia pues incurrió en un círculo vicioso del que no podía escapar sin romper con su propio método y con las reglas de la Lógica, pues pretender demostrar la existencia de Dios a partir de la regla de la evidencia y fundamentar a continuación el valor de la regla de la evidencia a partir de Dios era precisamente eso”  (García, 2009). Descartes, frente a las críticas abandonaba el racionalismo y se dejaba arrastrar por las pasiones. Esto se denota en varios escritos: “Los que siguen una doctrina ajena descienden como la hiedra que no puede subir más alto que el árbol.  Quieren encontrar soluciones a dificultades de las cuales no habla o no pensó nunca.  Posición cómoda para los que tienen ingenios medianos.  Parecen ciegos que llevan a alguien a una caverna para impedir que los demás vean la luz” (Descartes, 33)

En 1640 al morir el padre de Descartes fue a Francia a recoger la parte de la herencia que le quedaba y a tramitar una pensión con el Rey Luis XIV que consiguió por un año. En 1641 publicó en latín de Meditationes de prima philosophia,  junto con las objeciones que su amigo Mersenne recogió previamente, sobre todo de Gassendi y Hobbes, y las respuestas de Descartes. Es cada vez más conocido en Holanda por científicos y filósofos, pero también afloran las críticas y la oposición a su filosofía, hasta el punto en que la enseñanza de su pensamiento es prohibida por los rectores de las Universidades de Holanda. En 1644 publicó en latín, los Principia philosophia que dedica a la princesa protestante Isabel, hija de Federico V, ex rey de Bohemia, refugiado en Holanda tras perder una batalla (1620).  La princesa mantuvo con él correspondencia sobre temas de filosofía y psicología partir de la cual Rene Descartes compuso en 1649 un tratado sobre Las pasiones del alma, que describió las relaciones entre la mente y el cuerpo. Durante los años 1647-1649, se publicaron las traducciones al francés de las Meditaciones y los Principios filosóficos.

En 1647 volvió a París donde se encontró con Gassendi, Hobbes y Pascal y no aceptó las objeciones a su filosofía.  Se agotaron los recursos de su herencia y Descartes tramitó con Chanut un cargo en la corte, o alternativamente, conseguir una invitación de la reina Cristina de Suecia. En 1649 escribió el Tratado de las pasiones del alma, en donde amplió lo escrito a la princesa Elizabeth y dedicó esta versión a la reina protestante Cristina de Suecia, a quien se lo envió.

La reina Cristina tenía una formación intelectual, cultural y artística muy amplia y en 1649  recibió a Descartes, pero no para hablar de su filosofía sino para que le dictase clases de griego y colaborara en la redacción de los estatutos para la academia Sueca. Descartes murió en 1650  en Estocolmo, al parecer por pulmonía debido a las citas que la reina programó en el invierno a las 5 de la mañana.  Aunque también circula la versión de muerte por envenenamiento. (Quiñonero, 2010)

Después de su muerte continuó el fuego de las críticas y se prohibieron  los escritos filosóficos de Descartes por la jerarquía católica que los incluyó en 1663 en el Index Librorum Prohibitorum. Sin embargo, el núcleo básico del programa del Cartesianismo se mantuvo y se constituyó en paradigma con el apoyo de la divulgación de su amigo de colegio Marin Merssene, Nicolás  Malebranche, quien fue el tesorero del Cardenal Richelieu, y de los miembros de la Academia de Ciencias de Francia fundada en 1666.  La pertenencia de Descartes a la sociedad secreta Rosacruz, también pudo haber influido en la formación y divulgación masiva del  paradigma Cartesiano. (Forni, 2008)

3  Objeciones a los textos cartesianos

Varios de los escritos de René Descartes presentan incoherencias internas que contradicen su método propuesto, así como también lo escrito contradice sus actuaciones en la vida. Por ejemplo en la primera máxima de la moral propone “Seguir las leyes y las costumbres de mi país, conservando constantemente la religión en que la gracia de Dios hizo que me instruyera desde niño” (Descartes, 1637,13).  Sin embargo quebrantó esta regla al dedicarle sus obras a la Princesa de Hamburgo y la reina de Suecia, las dos, no católicas sino protestantes.    

La segunda máxima de Descartes “fue la de ser en mis acciones lo más firme y resuelto que pudiera ser y seguir tan constante en las más dudosas opiniones”.  Sin embargo, el autor deja de cumplir esta segunda regla moral en el mismo texto al eludir la teoría de Galileo en los siguientes términos: “Mucho me agradaría proseguir y exponer aquí el encadenamiento de las otras verdades que deduje de estas primeras; pero como para ello sería necesario que hablase ahora de varias cuestiones que controvierten los doctos, con quienes no deseo indisponerme, creo que mejor será que me abstenga” (Descartes, 1637,21)

La tercera máxima fue “procurar siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna, y alterar mis deseos antes que el orden del mundo, y generalmente acostumbrarme a creer que nada hay que esté enteramente en nuestro poder sino nuestros propios pensamientos” (Descartes, 1637,14)  Descartes sin embargo no siempre siguió el cultivo de la razón, como lo evidencia el hecho de que definió su proyecto de vida no a partir de razonamientos de verdad sino de las ilusiones de los sueños.

Siguiendo el método de la duda metódica planteada por el propio Descartes, queda entonces la duda de qué tanto creer en la verdad de un autor que contradice sus tres máximas morales y no es consecuente en sus palabras con los actos.

En cuanto a los preceptos de lógica, el primer precepto postula “No admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es”. Sin embargo, admite sin evidencia convincente que “tan cierto es por lo menos, que Dios, que es ser perfecto, es o existe, como lo pueda ser una demostración de geometría” (Descartes., 1637,19). 

El segundo precepto, “dividir cada una de las dificultades, que examinare, en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriere para su mejor solución”. No es aplicado por Descartes en la solución de los problemas que enfrentó con la Iglesia.  Al no aplicar la duda metódica al análisis de la iglesia católica o protestante, deja de ser un método universal.   

Además de los filósofos y científicos que objetaron en vida a Descartes, hay diversos autores que a lo largo de la historia han falsado diversos de sus postulados. García (2009) presenta, entre otras, tres objeciones:

1.      En cuanto al principio “Pienso luego existo”. (Descartes, 1637)

García sostiene que “Mientras Descartes considera que el yo es transparente respecto a sí mismo, Kant considera, en primer lugar, que, si se hace referencia al yo como sujeto del  hubo una serie de pensadores que realizaron diversas críticas al cogito cartesiano, no tanto por lo que se refiere a la relación necesaria entre pensamiento y existencia como por la doctrina cartesiana acerca del yo como una realidad sustancial que serviría de soporte para el pensamiento, sin identificarse con él”.


Kant señala, en cuanto al concepto de existencia, que ni siquiera el sujeto se conoce tal como es en sí mismo, sino sólo tal como aparece para sí.  Para  Nietzsche, el principio Cartesiano considera un Yo pensante desde una perspectiva de un ser viviente que tiene como fin su existencia biológica:    

Nietzsche critica este primer pilar de la filosofía cartesiana considerando que se basa en el "hábito gramatical" que condujo a la construcción antropomórfica de la categoría de "sustancia" o de "sujeto", como si la acción requiriese de "alguien" que "hiciera": " "Se piensa: luego hay una cosa que piensa": a esto se reduce la argumentación de Descartes. (García, 2009)

2.      Sobre Dios Afirma Descartes: "como no puedo concebir a Dios sin existencia, se infiere que la existencia es inseparable de él y, por lo tanto, que existe verdaderamente"

Al respecto García comenta que “Tomás de Aquino, Ockham, Hume y Kant aportaron sus propias críticas, considerando, en definitiva, que había que diferenciar entre el orden del pensamiento y el orden de la realidad: Por lo que se refiere al pensamiento y admitiendo la posibilidad de tener en él la idea de un ser perfecto, a fin de poder afirmar que tal ser exista en la realidad y no sólo como idea, sería necesaria la experiencia correspondiente de tal supuesto ser perfecto, cuyas cualidades deberían corresponderse con las de su idea, de manera que dicha experiencia debe ser la piedra de toque para saber si la idea pensada se corresponde con una realidad independiente del pensamiento cuyas cualidades se identifiquen con las de aquella idea”.

3 Descartes expresa el mecanicismo del universo "como una máquina que, habiendo sido hecha por la mano de Dios, está incomparablemente mejor ordenada y tiene en sí movimientos más admirables que ninguna de las que pueden ser inventadas por los hombres" (Descartes)

Sobre esta afirmación García plantea que: Este mecanicismo se aplicaba no sólo al mundo inorgánico sino también a las plantas, a los animales y el mismo cuerpo humano, puesto que, siendo modos de la sustancia material (res extensa), tenían que ser explicados por las mismas leyes que regían en ella, de manera que para explicar la vida de los cuerpos orgánicos no era necesario admitir un alma, vegetativa o sensitiva, sino sólo las mismas fuerzas mecánicas que actuaban en el resto del Universo.  El error de Descartes no consistió en su afirmación de que los seres vivos fueran máquinas sino en haber rechazado que esas máquinas, tan enormemente complejas, incluido el ser humano, fueran capaces de sentir, de percibir, de gozar, de sufrir, de conocer o de recordar, siendo ésas sus mayores diferencias con respecto a las máquinas construidas por el ser humano, incomparablemente más simples que las producidas por la propia Naturaleza”. (García, 2009)

De otra parte, el racionalismo cartesiano es cuestionado por no tener en cuenta las pasiones y la imaginación del ser humano, diferentes a la razón.  En opinión de Foucault: “el proceso cartesiano de la duda es, indudablemente, la gran conjuración de la locura. Descartes cierra los ojos y se tapa las orejas para ver mejor la verdadera claridad del día esencial; está así protegido contra el deslumbramiento del loco, que abriendo los ojos no ve más que la noche, y no viendo en absoluto, cree ver cuando sólo imagina. En la claridad uniforme de sus sentidos cerrados, Descartes ha roto con toda fascinación posible, y si ve, está seguro de ver lo que ve”. (Foucault, 1961)

La teoría de Einstein formuló la relatividad de la mirada del observador respecto al espacio tiempo.  En este sentido, la verdad depende de la posición del observador en la dimensión de espacio-tiempo y por tal motivo no existe una sola verdad pregonada por Descartes, sino múltiples verdades. Al respecto plantea Ortega y Gasset: “No se trata, pues, de reincidir en una interpretación subjetivista del conocimiento, según la cual la verdad sólo es verdad para un determinado sujeto… Lo que ocurre es que una de las cualidades propias a la realidad consiste en tener una perspectiva, esto es, en organizarse de diverso modo para ser vista desde uno u otro lugar. Espacio y tiempo son los ingredientes objetivos de la perspectiva física, y es natural que varíen según el punto de vista… En todas las lenguas y en todos los giros se ha repetido que Einstein viene a confirmar la doctrina kantiana, por lo menos en un punto: la subjetividad de espacio y tiempo”. (Ortega, 1983)

Por su parte el pensamiento complejo  critica, entre otros aspectos, el paradigma Cartesiano por la separación que hace entre el sujeto y el objeto y por no considerar que las teorías sean producto tanto de la mente como de las condiciones socioculturales.  

Al respecto Morín plantea que uno de los principios formulados por Descartes fue “la disociación entre el sujeto (ego cogitans), remitido a la metafísica, y el objeto (res extensa), que depende de la ciencia. La exclusión del sujeto se efectuó sobre la base de que la concordancia entre experimentaciones y observaciones de diversos observadores permitía llegar a un conocimiento objetivo. Pero, al mismo tiempo, se ignoró que las teorías científicas no son el reflejo puro y simple de las realidades objetivas, sino que son los coproductos de las estructuras del espíritu humano y de las condiciones socioculturales del conocimiento. Esta es la razón de que se haya llegado a la situación actual, en la que la ciencia es incapaz de pensarse científicamente a sí misma, es incapaz de determinar su lugar, su papel en la sociedad, es incapaz de prever si lo que surgirá de su desarrollo contemporáneo es la aniquilación, el sojuzgamiento o la emancipación. (Morín, 1980, 314)

En opinión de Morín, esta disociación creada entre el yo pensante y la cosa material creó un problema trágico en la ciencia que le impide tener capacidad auto reflexiva para conocerse a sí misma.  “Este gran paradigma de Occidente", bien formulado por Descartes, se funda en la disyunción entre el espíritu y la materia, la filosofía y la ciencia, el alma y el cuerpo. Este principio de separación sigue dominando. Pienso que hay que sustituirlo por un paradigma de complejidad”. (Morín, 1990)

A continuación se presentan las principales características Cartesianas expresadas en el paradigma de la simplicidad y se hace un contraste con la propuesta del paradigma de la complejidad.


Tabla 1

Diferencias entre los paradigmas de la simplificación y la complejidad 
Paradigma de la simplificación
Paradigma de la complejidad
1. Principio de universalidad: ciencia  de lo general. Expulsión de lo local.
1. Validez, aunque insuficiencia, del principio de universalidad, complementario e inseparable lo local y lo singular.
2. Eliminación de la irreversibilidad temporal
2 Irreversibilidad del tiempo en la física. En la biología (ontogénesis. Filogénesis o evolución).
3. Reducción del conocimiento de los conjuntos o sistemas, al conocimiento de las partes simples
3. Imposibilidad de aislar las unidades elementales simples en la base del universo físico.

4. Conocimiento de las organizaciones reducidas a los principios de orden
4. Inevitabilidad de la problemática de la organización
5. Causalidad lineal, superior y exterior a los objetos
5. Causalidad compleja. que comporta causalidad mutua interrelacionada
6. Soberanía explicativa absoluta del orden, es decir, determinismo universal
6. Consideración de los fenómenos según la dialógica: orden- desorden-  interacciones
7. Aislamiento/disyunción del objeto respecto de su entorno.

7. Distinción pero no disyunción entre el objeto o el ser y su entorno
8. Disyunción absoluta entre el objeto y el sujeto que lo percibe/concibe.
8. Relación entre el observador /conceptuador y el objeto observado/concebido
9. Eliminación de toda problemática del sujeto en el conocimiento científico.
9. Posibilidad y necesidad de una teoría científica del sujeto.
10. Eliminación del ser y de la existencia mediante la cuantificación y la formalización.
10. Posibilidad de la auto producción y de la auto-organización de las categorías de ser y de existencia.
11. La autonomía no es concebible.
11 Reconocer científicamente la noción de autonomía.
12. Principio de la fiabilidad absoluta de la lógica para establecer la verdad intrínseca de las teorías.
12. Reconocimiento de los límites de la demostración lógica en el seno de los sistemas formales complejos.
13 Se piensa inscribiendo ideas claras y netas en un discurso monológico.

13. Es preciso pensar de forma dialógica y mediante macroconceptos.
Soler Y. Síntesis a partir de Morín Edgar. (2004) “La epistemología de la complejidad”. En Gazeta de Antropología, N° 20 España, Universidad Granadina, páginas 3 a 12.

4 Conclusiones

Las principales propuestas de Descartes frente a las ciencias disciplinares se resumen así:

1.      Realizó una confrontación de la filosofía escolástica, asumiendo un espíritu crítico frente a una parte de la doctrina existente
2.      Dudó de  las enseñanzas tradicionales en todas las ciencias, consideradas dogmas y planteó una nueva forma de razonamiento.
3.      Propuso un nuevo método sencillo y una moral para llegar a la verdad en las ciencias
4.      Rompió la concepción teocentrista, reemplazándola por una concepción antropocéntrica del mundo.
5.      Reemplazó la concepción organicista del mundo por una interpretación mecanicista del mundo
6.      Formuló la geometría analítica al fusionar la geometría y el álgebra.     

Según lo expuesto en este ensayo, algunos de los factores que contribuyeron al éxito de Descartes y su proyecto, fueron los siguientes:

1.      La procedencia de una familia con recursos suficientes que le permitieron acceder a una educación privilegiada e invertir las herencias del padre y la madre en recorrer y tener experiencias y acceder a los conocimientos de vanguardia en varios países de Europa.
2.      El contacto con el círculo de amigos librepensadores en Paris, donde se actualizaban y debatían las ideas y acontecimientos de la época.   
3.      Sus relaciones con personalidades influyentes del gobierno francés, que posibilitaron  resguardar y visibilizar su obra, como expresión de la grandeza de Francia. 
4.      El renacimiento fue una corriente cultural e intelectual que creó condiciones para el surgimiento de nuevas ideas y expresiones culturales.
5.      De igual forma, las nuevas clases sociales  apoyaron mediante el mecenazgo y el patronazgo nuevas expresiones de los conocimientos artísticos, científicos y técnicos.  
6.      La adopción de su obra por parte de  los miembros de la Academia de Ciencias de Francia fundada en 1666. La pertenencia de Descartes al movimiento clandestino de Rosacrucistas, también influyó en la formación y divulgación masiva del Cartesianismo. 

El paradigma Cartesiano sobrevivió por varios siglos pero, a pesar de las fortalezas y oportunidades en que se desenvolvió, comenzó a declinar y hoy en día encuentra fuertes choques con el pensamiento complejo, en los siguientes aspectos:

1.      La insuficiencia del principio de la universalidad, que no tiene en cuenta las características particulares de los fenómenos.
2.      La atemporalidad de los planteamientos, en presencia de fenómenos reales no reversibles.
3.      La imposibilidad de aislar los componentes de los sistemas sin provocar sesgos en el conocimiento.
4.      La sujeción de todo al orden, sin contemplar la dialógica del aspecto complementario y contradictorio del desorden.
5.      La disyunción que hace del sujeto respecto al sujeto.   Y la imposibilidad que tiene de reflexionar sobre sí mismo.
6.      La existencia de límites en la explicación lógica de los sistemas complejos.

5  Referencias

Aczel Amir D. (2008) El cuaderno secreto de Descartes: una historia verdadera sobre matemáticas, misticismo y el esfuerzo para entender el universo. Biblioteca Buridán.
De Zubiría Miguel y otros (2002) “Pedagogía conceptual”  FIPC.  Bogotá.
Descartes René.  Discurso del Método. (1637). Weblioteca del Pensamiento. Buenos Aires.
Foucault M (1961) Historia de la locura.  Ed. Espartaco.

Galeano Eduardo (1993)  El libro de los abrazos. Editorial. Siglo XXI.

Garcia Ninet  Antonio. (2009) René Descartes, hijo póstumo del fideísmo medieval Monografías.

Morín E (1990): Introducción al Pensamiento Complejo, Barcelona Editorial Gedisa.
Morín E (1980) Ciencia con conciencia. Editorial Anthropos.
Morín Edgar.(2004).  La epistemología de la complejidad. España.
Rodis-Lewis. (1996). Descartes, Biografía. Ed. Península, Barcelona.

http://paradigmadescartesiano.blogspot.com.es/



Notas:
[1] El pensamiento complejo- escribe Morín - debe cumplimentar condiciones muy numerosas para ser complejo: debe unir el objeto al sujeto y a su entorno; no debe considerar al objeto como objeto, sino como sistema/ organización que plantea los problemas complejos de la organización. Debe respetar la multidimensionalidad de los seres y de las cosas. Debe trabajar/dialogar con la incertidumbre, con lo irracionalizable. Tampoco debe desintegrar el mundo de los fenómenos, sino intentar dar cuenta de él mutilándolo lo menos posible” (1980, p 353).

[2] Guerra de los Reinos de Francia, Inglaterra, Dinamarca, Noruega, el imperio Sueco, Escocia, Sajonia, Bohemia, contra el imperio Romano Germánico, el imperio Español, la liga católica Alemana, Austria y Baviera.  

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